Un fin de semana sin lluvia y con un espléndido sol, pero esta vez con viento.
El sábado había quedado con Sara y Josep Emili para ir a la Miranda del del Príncep, ya que el pronóstico era anticiclónico. Pero esta vez el viento nos hizo desistir, ya que la ascensión que queríamos hacer podía estar bastante expuesta al viento. Acabamos en los tochos de la izquierda de ‘Els Graus’, donde estuvo resguardados perfectamente del viento, pudiendo escalar con solo camiseta…
El domingo finalmente me quedé sin plan y decidí ir a hacer la aproximación a la planeada Miranda del Príncep y así darme una vuelta por Frares Encantats, que ahora hace tiempo que no visito.
Hay dos posibles aproximaciones. Por la Cova de l’Arcada y siguiendo por el Torrent de les Grutes (tal como recomienda Antonio García Picazo en sus libros), ó accediendo desde Agulles por el Pas del Príncep, como se recomienda en algunas reseñas.
Opté por la segunda y hacia Can Maçana me dirigí. El aparcamiento como casi siempre, bastante lleno. Emprendí el camino y descubrí ciertas novedades en el mismo. La primera es que han ubicado hasta tres barreras para disuadir a que ningún vehículo pase: dos en la primera rampa al salir del aparcamiento y una tercera, en las proximidades ce Coll de Guirló formado un pasillo de postes de madera, con un letrero advirtiendo el Patronat que está prohibido el paso montado en bicicleta ó a caballo…
También antes de llegar a Coll de Guirló me sorprendió la instalación de un mirador en el que han ubicado una foto panorámica en la que han inscrito el nombre de todos los picos que se puede ver desde allí y, para mi sorpresa, después de muchos años recorriendo este mismo camino ahora he descubierto que incluso se llega a ver el Aneto:
Pasado el Coll de les Portelles, también me sorprende ver que con el magnífico día y no ver más de 2 cordadas: en la GAM de la Portella Inferior y en la Brucs de la Saca Gran.
La Monja, El Lloro y El Dit
Llegué al Pas del Príncep y enfilé el descenso hacia el Torrent de les Grutes. Descendí unos 5 minutos y ya tuve la primera ‘embarcada’ al seguir un rastro de sendero que estaba más pisado que el propio camino. Cuando ya acabé de detectar que me había ‘encigalado’ decidí para a almorzar. Estaba bajo la esbelta Agulla Gran del Pas del Príncep y pude contemplar como una cordada estaba ascendiendo por la ‘Reina de la noche’, una vía de los ochenta equipada con buriles y que según me ‘cantaron’ los que estaban subiendo, con un primer largo algo adrenalínico…
Cordada en el primer largo de Reina de la noche
En el primer largo de Reina de la noche
En el segundo largo de Reina de la noche
Después del comer algo, me encontré con otro personaje (equipado como si viniera o fuera a hacer una ferrata, que había tomado el mismo recorrido que había efectuado yo y prosiguió descendiendo a la ‘brava’. Ahora me tocada volver al camino original para descubrir donde la había ‘cagado’. Rápidamente lo detecté. El camino desciende hasta llegar a una placa que no parece que pueda ir el camino por allí, pero al asomar descubres unas marcas rojas bastante gastadas que señalan el camino. Aquí ya descendí rápido hacia el torrente, pensando que ya no abría más posibilidad de confusión.
Cuan equivocado estaba. El torrente después de tanta lluvia tiene tramos bastante caóticos, que si lo haces de subida no es tan fácil de que te equivoques, pero si lo efectúas de descenso…
Total que después de un rato embarcado volví a encontrar el camino, y seguí hacia abajo, pasando por un tramo equipado por el Grup Cavall Bernat con escalones metálicos para pasar un pequeño desplome.
Escalones equipados en el Torrent de les Grutes
Continué hasta que me di cuenta que había descendido demasiado. Vuelta a tras y volví a descubrir el último error. Justo donde hay un gran bloque desplomado en su margen derecho (si se está bajando), nace un sendero que al poco rato empieza a estar marcado de color azul que conduce a la base de la pared de la Miranda del Príncep.
Grupo en la Miranda dels Ecos
Una vez descubierto el buen camino regresé de nuevo pasando por el Refugi d’Agulles y cruzándome con bastantes ‘paseantes’ pero ni un escalador.
A pesar de las pequeñas embarcadas, así un buen paseo por Agulle y Frares, que siempre vale la pena…