Para el jueves previo al puente de la Constitución habíamos hablado de escalar algo con Mamerto y Eduard y viendo las últimas previsiones acordamos ir hacia Ponent y que tomando algo en Cal Pere acabaríamos de concretar.
Al llegar a Camarasa 3º, que afortunadamente mientras almorzamos ya fue subiendo y el cielo se fue despejando. Viendo reseñas vimos que Eduard no había escalado ninguna de las vías de la cara sur de la Formiguera y Mamerto propuso 'El niño de los peines'. Curiosamente Mamerto que ya las ha escalado todas las vías de este sector, siempre había accedido caminando por la canal y tampoco había escalado 'Bob Esponja', así que ya acordamos escalar este par de vías.
Reseñas originales
Al llegar al aparcamiento de La Formiguera también nos sorprendió que no hubiese ningún vehículo. Nos equipamos y ya vimos desde el aparcamiento que la sombra estaba apunto de llegar a 'Hijos del Palau' y 'El niño de los peines'.
Equipándonos en el aparcamiento de La Formiguera
Fuimos hacia nuestros objetivos y al llegar al pie de Bon Esponja ya vimos que al hacer días que no llueve, esta vez a pesar de que el primer tramo queda a la sombra, no estaba embarrado.
Al pie de Bob Esponja
Se animó Eduard y ya le dejamos que hiciera los tres largos de esta vía, que aunque viendo la reseña puede parecer como que es para ir incluso desencordado, no hay que bajar la guardia en alguno de los tramos de cada uno de los largos. Subió Eduard el primer largo saltándose un par de bolts, al no verlos y al llegar a los 20 metros a la R1 le daba algo de refilón el sol.
En el primer largo de Bob Esponja
El segundo largo también algo a la sombra hasta que salimos al propio espolón donde ya estaríamos al sol todo lo que quedaba de vía. Después del resalte del espolón (III+/IV) ya se alcanza fácilmente la R2 a los 20 metros.
En el segundo largo de Bob Esponja
El tercer largo resigue el espolón con un primer tramo bastante tumbado hasta alcanzar el resalte vertical donde hay que esforzarse algo más (IV/IV+), que una vez superado se sigue algo en dirección a la izquierda hasta alcanzar la R3 a los 25 metros.
Disfrutando del buen clima en el tercer largo de Bob Esponja
Tal como llegamos a la R3 seguimos con Mamerto por el tramo de cable para acceder a la canal de acceso y alcanzamos el pie de vía de El Niño de los peines, que ya estaba completamente a la sombra. Dudamos por un momento, pero dado que la temperatura había subido bastante, persistimos con el plan.
Inicialmente quedamos que Mamerto escalaría el primer largo y yo el segundo. Dispusimos las cuerdas para que pudiera iniciar la escalada y enseguida se metió en faena. Enseguida empezó a notar que la humedad hacía que buena parte del primer largo tuviera gran sensación de estar resbaladizo, sobre todo para los pies y los cantos como tampoco es que sean muy espléndidos tampoco ayudaban mucho. Le costó lo suyo pero hay que reconocer que le echó valor y consiguió pasar limpio, alcanzando la R1 a los 30 metros. Cuando empezamos a subir Eduard tubo un buen susto al resbalar en el primer tramo y eso ya le hizo desconfiar de la roca todo el resto del largo. Trampeamos como pudimos y pensando como con el buen sol que pegaba se nos había ocurrido la brillante idea de escalar a la sombra, llegamos a la R1. Como ya veíamos como el sol estaba tocando la R2, Mamerto comentó que para ganar tiempo, mejor no cambiar de cuerdas y que ya seguiría él. Sin problemas le cedí el puesto.
En el primer largo de El niño de los peines
R1 El niño de los peines
Como era de esperar, mamerto resolvió el largo, aunque se tuvo que aplicar para no pisar ningún tramo de musgo que daban apariencia de estar en el típico pesebre de Belén. Recuperamos el largo y la sensación de salir al sol fue indescriptible.
En el segundo largo de El niño de los peines
Y agradable sensación al salir al sol
Clásica foto cima
Estuvimos un buen rato recuperándonos al sol y ya sin más problemas regresamos hacia el aparcamiento comprobando primero que las vallas que impiden el paso por la vía del tren, que era el antiguo camino, se han reparado los agujeros que se habían realizado para continuar pasando, con lo cual tuvimos que volver poer el túnel que hay bajo las vías.
Regresando al aparcamiento
Recogimos todo y decidimos ir a comer al Mirador de Sant Llorenç, que incluso con la buena temperatura que hacía nos permitió comer en la terraza exterior, aunque eso si, a la que acabamos de comer que el sol ya había bajado bastante, la temperatura ya empezó a bjar en picado.
Buena panorámica desde el Mirador de Sant Llorenç
Volvimos a Camarasa para dejar a Mamerto y ya nos despedimos hasta la próxima escalada. De regreso tuvimos un pequeño susto en las proximidades de Agramunt al cruzarse un corpulento jabalí, a plena luz de día aún, por la carretera, que afortunadamente no iba acompañado por el resto de la familia.
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