El sábado habíamos quedado con Jordi para hacer algo y por diversas circunstancias tuvimos que optar por algo que no habíamos pensado inicialmente y que al menos nos sirvió para salvar hacer algo de actividad.
Paramos en Cal Anna para tomar algo y ya al llegar a El Bruc se notaba que el viento iba a estar presente y más en zonas elevadas. Nos encontramos con varios de los habituales y algunos se decantaban por ir al Serrat dels Monjos y otros por La Codolosa.
Pensamos en ir hacia la zona de Els Graus y para ello aparcamos en El Pujolet. Por fuerza mayor tuvimos que desistir de escalar y surgió la opción de ir a caminar, comenzando por el 'Antic Camí de Collbató al Monestir de Montserrat'. Inicialmente hablamos de ir a ver la ubicación de la la vía 'Diedre Parola' cuyo acceso está algo más adelante de la Taca Blanca.
Fuimos subiendo y nos sorprendió ver que se han rotulado alguna cueva y 'avenc' que hasta ahora no lo estaban y después buscando información te enteras de más cosas de rincones de Ca la Montse.
También volvimos a pasar por el pie de vía de la '
Juli Font Sierra', corta e intensa vía de los hermanos Masó.
Después de una buena subida ya llegamos a la Taca Blanca y empezamos a comentar que como íbamos bien de tiempo, podríamos continuar hasta Sant Joan.
Buzón junto a la Taca Blanca
Taca Blanca
Banc dels enamorats desde el Camí de les Bateries
Estos grafitis que algunos ya llevan años...
También nos sorprendió en ver que aparte de los detestables grafitis que hay en cada vez más puntos de la montaña, también nos fijamos en un grabado en el suelo del propio camino y que su autor 'Rabal Sáez' lo realizó en agosto del 42.
Grabado añejo
Cruce con la Drecera de Fra Garí
Al llegar al cruce con la Drecera de Fra Garí fue cuando ya nos decidimos por seguir subiendo. En el camino encontramos tramos a resguardo del viento que al estar al sol daban sensación térmica muy agradable, pero que podías pasar en cuestión de minutos al entrar a una zona sombría donde soplaba viento, que la sensación térmica descendía fuertemente.
Jornada con cielo transparente
El camino va ganando altura y empezamos a vislumbrar Sant Joan
Una vez en el cruce de caminos y bien señalizado que indica que hacia la derecha se va dirección Sant Miquel y al Monestir y por su derecha hacia Sant Joan (en el cartel indica que 25 minutos y comprobamos que ese horario sólo se puede cumplir si vas corriendo, sino añadir casi 20 minutos más.
Fuerte subida en el primer tramo después del desvío
Después de superar un buen desnivel nos encontramos con la sorpresa de encontrarnos con '
Carme' que ya bajaban con una familiar. En la parte alta del camino ya se notaba que el viento pegaba fuerte.
Sant Joan ya lo teníamos cerca
A la izquierda de Sant Joan antiguo restaurante en la que la SEAM-AEC abrió vías de iniciación, a las que después se añadieron otras equipadas con químicos por algún personaje que tiene 'club de fans' y que provocaron el ataque a todas las vías iniciales, suponemos que pensando que las nuestras también habían sido obra de dicho escalador y desaparecieron chapas y descuelgues. De ello ya Luichi advierte en su guía de Gorros de 2015.
Primeras vías que se equiparon
También vimos en la Agulla de la Font de Jacob a un grupo que parecía estar impartiendo un curso de iniciación y con bastante viento.
Una vez en la ermita de Sant Joan nos costó encontrar un rincón que estuviera al sol y protegidos del aire y cuando lo encontramos aprovechamos para picar algo.
Ermita de Sant Joan
Después de picar algo y ya viendo que el viento empezaba también a tocarnos, no tardamos en emprender el descenso y seguimos el mismo recorrido hasta la Taca Blanca, desde donde ya nos desviamos para bajar más rápido por la Drecera dels Graus. Bajando vimos que también había gente en el sector Segon Pis-Esquerra:
Al llegar a Collbató acordamos volver a Cal Anna para comer algo y al llegar tuvimos la agradable sorpresa de encontrarnos con Eduard (más conocido por su sobrenombre de 'El Sastre') y su pareja Bari y con ellos compartimos sobremesa.
En resumen una jornada algo diferente a lo que pensábamos, pero que aún hemos aprovechado compartiendo buenos momentos.
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