Para el domingo habíamos quedado inicialmente con Marià, con el que no escalaba desde la 'Òptima', para escalar algo. Con estas calores buscar algo asequible y que a ser posible, esté a la sombra, es una misión complicada y una buena referencia son las 'piadas' que la gente va colgando por Facebook, Instagram, etc.
Hace unos días vi que Àngel G. había estado por Els Agullons de Sant Miquel y al investigar las reseñas originales de Joan Vidal, parecía una posible buena opción:
Sobre esta reseña ya empezaron a asaltarme algunas dudas. La primera era sobre su orientación, ya que siendo Este era de suponer que al mediodía podría haber opción de que estuvieran las vías a la sombra, por lo cual casi era mejor no madrugar demasiado.
Otra duda era el punto desde el cual empezar la aproximación y consultando con Jordi M. que ha efectuado muchas rutas por la zona, me comento que el acceso desde Pont del Duró el lo intentó y no vio como efectuarlo. Posiblemente fuera en una época que el nivel del pantano de la Baells estuviera más alto que en la actualidad (hoy en la TV3 han dicho que está al 45% de su capacidad. Esto y que encontramos información de bastante buen calidad en:
Acabó de convencernos que mejor iniciar desde el Pont Climent, y aunque eso significaban 25' extras, parecía ser mejor opción. El jueves casualmente dieron señales de vida Joan Prunera y Santi Llop y les comenté lo que había obtenido de información sobre unas escaladas, en las que lo que parecía más interesante era el entorno en el que están ubicadas. Así que ese mismo jueves por la noche ya nos pusimos de acuerdo los cuatro para ir a escalar a este rincón escondido del Berguedà. También teníamos algo a nuestro favor, ya que Joan había intentado en una ocasión escalar estas vías y no encontró la aproximación correcta y creía saber donde se había equivocado.
Con estas premisas el domingo fui recogiendo a los compañeros y nos dirigimos hacia Vilada y llegamos sin problemas al desvío que indica de 'Canals de Sant Miquel' (punto kilométrico de la C-26 160,4, pasados 1,5 kms Vilada) y a los 250 metros aparcamos a la sombra en una explanada, en la que ya había unos cuantos vehículos aparcados. Lo primero que pensamos era que si todos les habría dado por tener las mismas intenciones que nosotros, pero después comprobamos que afortunadamente a ninguno más se le había ocurrido.
Almorzamos algo aprovechando la sombra y ya nos equipamos, de manera que ya establecimos que las cordadas serían las de Joan-Santi y Marià-Xavi. Como siempre que vas a un sitio que no conoces, llevamos algún flotante, que después comprobamos ser totalmente innecesarios. Yo acarreé el semáforo de alliens.
Empezamos el recorrido en bajada cruzando una barrera que impide el paso de vehículos, para cruzar enseguida el Pont del Climent, cruzándonos con una señora que iba paseando varios perros y fue la única persona que vimos en todo el día.
Santi y Marià dirigiéndose a cruzar el Pont Climent
Nada más cruzar el puente aparece un poste indicador señalando hacia la derecha hacia Sant Quirze de Pedret empezando en subida y a unos 50 metros hay una bifurcación que Joan reconoció que era donde la anterior vez se habían equivocado y hay que fijarse que a la derecha hay un árbol con marcas amarillas y que es el camino que en paralelo al Riu Mergançol conduce hacia el cruce con el camino que viene del Pont de Durò. Estos 25 minutos extras a la ida ya nos fijamos que era un sube y baja continuo que destroza el ritmo y más al regresar que ya íbamos contentos de toda la actividad del día. Toda esta zona afortunadamente vas por buena sombra.
Al llegar a la altura del Pont del Duró ya vimos que habíamos gastado innecesariamente casi media hora a la ida y algo más a la vuelta. El puente estaba perfectamente a la vista:
Pont de Duró
Aquí encontramos otra bifurcación marcada con señales amarillas, pero de un color mas 'fosforito'. Y empieza la fuerte subida en zig-zags inacabables eso si por una estupenda y frondosa zona de bosque cruzando en diversas ocasiones la riera hasta alcanzar un buen punto para reposar y poder tomar agua en la Font de Colletons. Sólo ver la vegetación existente parece que refresca algo el ambiente.
Font de Colletons
Después se sigue con la dura subida hasta que finalmente se llega a un collado en el que a unos pocos metros hay un 'hito' marcado de amarillo que es una buena referencia para ver que vamos por el buen camino.
Buena referencia para ver que se está en el buen camino
Estuvimos un rato reposando y después nos mosqueó algo que el camino empieza a perder altura hasta llegar a un punto con unos bloques marcados con pintura amarilla. Se sigue ahora subiendo y al poco rato ya se encuentra un cruce a la derecha con una buena 'fita' y se ven marcas de color rojo-rosado que ya es la canal que nos permite acceder a pie de las vías. Este tramo es de bastante cuesta y con bastante tierra que obliga a ir cogiéndose de los árboles, estilo 'Canal dels micos' y llegando finalmente bajo el pie de las vías.
Santi al inicio de la frondosa canal para acceder a pie de vía
Base de Agulló Xic
Pie de vía donde no hemos localizado ninguna de las flechas que en teoría estaban grabadas en la roca, pero agudizando la vista se ven los alejados primeros parabolts de ambas vías. Entre la calor, las subidas y bajadas y los descansos empleados, tardamos casi un par de horas en llegar. Enseguida vemos que nos tocaría el sol en ambas vías todo el rato.
Viendo que ambas vías son de parecida dificultad nos repartimos las vías de manera que a la de la izquierda (Easy Indian Trail) irían Joan y Santi, y a la de la derecha (Easy Wall) Marià y yo.
Verdaderamente es una gran rampa, pero hay que ir con precaución de ir sorteando las numerosas piedras sueltas que hay por la pared. Empezamos los primeros largos Santi y yo, siendo el suyo de 55m (II+) con dos chapas y el nuestro de 60m con 3 chapas (II/III). En nuestro caso aunque los parabolts de la R-1 estaban a pleno sol, alargando suficientemente las cuerdas se pueden estar a cobijo de la sombra de un buen árbol.
Santi en R-1
R-1 Easy Way
Joan en R-1 Easy Indian Trail y detrás yo asegurando desde la R-1 Easy Way
Marià recuperando el primer largo
Siguen en los segundos largos Joan y Marià, ambos largos de III, el suyo de 50m con 4 chapas y el nuestro de 40m y tres chapas. Aquí Santi hace una buena observación diciendo que de lo que se trataba, además de no tocar las piedras sueltas, era no tocar las piedras oscuras ya que estas estaban a una temperatura que hacia poco agradable su tacto. Sin problemas recuperamos los largos Santi y yo.
Joan y Santi en el segundo largo
Marià en el segundo largo
Y asegurando desde R-2
Los terceros largos de ambas vías digamos que es lo más vertical y difícil que encontraremos en todo el recorrido. Su tercer largo es de 35m con 5 chapas (IV) y la nuestra 60m con 7 chapas y un árbol con un trozo de cuerda lazado.
Joan asegurando a Santi en el tercer largo
Marià recuperando tercer largo Easy Way
R-3 Easy Wall
Suerte que de tanto en tanto soplaba algo de aire, ya que la temperatura era elevada y la piedra estaba muy caliente. Joan sigue con su cuarto largo de 45m y con 6 chapas (IV-/III)
Y Santi recuperando el cuarto largo
El último largo de ambos recorridos confluyen en un árbol donde montar su R-5 y nuestra R-4. En su caso III/II con 3 chapas en 35m y en el nuestro III/II con 4 chapas en 55m.
En el cuarto largo de Easy Way
Santi y Marià asegurando a Joan y a mi en el último largo
Aunque casi lo mejor es desde este árbol ir hacia la izquierda para buscar el descenso hacia la Canal Sorà, con Marià subimos a ver la cima con una buena y deprimente vista del estado actual del Pantà de la Baells
Pantà de la Baells
Foto cim
Mientras Santi investiga la bajada y descubre un pequeño árbol con un trozo de cuerda lazado y un maillón que permite bajar con un corto rápel de unos 20m relajadamente. Aunque la idea inicial era haber podido escalar las dos vías, la temperatura no aconseja el tema, así que después de un rato de reposo, foto de rigor y empezar el descenso de la ingrata Canal Sorà, que nos permite llegar nuevamente al pie de la pared y emprender el regreso por el mismo recorrido efectuado a la ida.
Las dos cordadas
La verdad es que todo el tramo hasta el Pont de Durò relativamente se hizo cómodo, aunque sea lago largo con otra parada junto a la Font dels Colletons. Pero el tramo hasta llegar al Pont del Climent con numerosas subidas, se hizo interminable y llegamos al aparcamiento con las últimas provisiones de agua que nos quedaban.
Llegando nuevamente al Pont del Climent
Track resumen de la actividad
Después de recuperarnos y recoger todos los bártulos nos dirigimos para recuperar líquidos y comer algo y en Vilada nos sorprendió ver que el bar estaba con un cartel anunciando que hasta las 17h no volvían a abrir, así que directamente hacia Berga, donde también los dos bares habituales junto a la primera rotonda, estaban cerrados. Afortunadamente lago más arriba de donde está el Alberg de Juventud, encontramos un buen bar que no conocíamos (El rincón gallego) en las cercanías del Parc de Bombers y comimos bien a un precio 'razonable' y sobre todo bebimos...
En fin una actividad en un buen rincón del Berguedà que es más aconsejable efectuar en otra época del año
Molt ben explicat Xavi ! a veure si algun d'aquells dies que el temps no permet mes alegries ens hi acostem.
ResponderEliminarMolt bo el relat, Xavi!!!
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